El éxito en la vida del Maestro Villalón radica en amar y disfrutar plenamente lo que hace, su vocación de pintar no tiene horario, ni fecha en el calendario, ya que la pintura para Él lo es todo y desearía que el día tuviese más horas para crear cada vez más. Villalón le da gracias infinitas a Dios por darle ese don de ser artista plástico y de desempeñarse en lo que ama, cuando conversa con amigos y conocidos le dicen: -Villalón tu si trabajas y Él responde: -Yo disfruto plenamente lo que hago, por lo tanto, amo cada momento de mi vida cuando estoy frente al lienzo y que bendición es poder vivir de lo que hago y que mis obras sean el resultado del amor y entrega por la vocación de pintar.
El color es sentimiento, afirma el artista, el estado anímico se expresa a través de la en amar y disfrutar plenamente lo que hace, su vocación de pintar no tiene horario, ni fecha en el calendario, ya que la pintura para Él lo es todo y desearía que el día tuviese más horas para crear cada vez más. Villalón le da gracias infinitas a Dios por darle ese don de ser artista plástico y de desempeñarse en lo que ama, cuando conversa con amigos y conocidos le dicen: -Villalón tu si trabajas y Él responde: -Yo disfruto plenamente lo que hago, por lo tanto, amo cada momento de mi vida cuando estoy frente al lienzo y que bendición es poder vivir de lo que hago y que mis obras sean el resultado del amor y entrega por la vocación de pintar.
El color es sentimiento, afirma el artista, el estado anímico se expresa a través de la obra, donde sus sentires se ven reflejados en ella, “si estás muy triste pintas con unos colores y si estás alegre se emplean tonalidades distintas y al comparar ambas obras se ve la gran diferencia en la creación. Después de cincuenta años de trayectoria tengo la facilidad de comenzar, de avanzar y retroceder al hacer el cuadro, porque el espíritu se conecta con la divinidad permitiéndome desconectarme de la realidad, donde la música y el térmito de café son mis grandes compañeros al momento de enfrentarme con el proceso creativo. Villalón materializa sus pensamientos que emergen de Dios a través del pincel que emplea en los lienzos. El significado de lo que quiero expresar lo transmite a través de mis pinturas”.
En sus inicios, Él pintaba recovecos, los lugares emblemáticos del Estado Lara, como el Tocuyo, Duaca, Quíbor, Sanare para hacer las creaciones al vivo, para plasmar la naturaleza como es, en ese trayecto de la vida aprendió mucho a convertir la perspectiva de los 360 grados que visualizaba al vivo y llevarlo a una dimensión de una obra de 40 cm x 50 cm, 50 cm x 60 cm ó 80 cm x 1 metro, no es fácil, pero eso lo da la experiencia. El paisajismo es la tendencia más empleada por el Maestro, donde se plasma lo que ama y lo que ha vivido porque en algún momento de su vida así lo visualizó.
Al momento de crear obras emblemáticas como El Manto de María más allá de haberlo visto cuando el viene de Caracas, es porque ama su arquitectura y le guarda un profundo respeto por ser un creyente practicante de la Iglesia Católica y fiel devoto de la Divina Pastora, a quién sigue y pinta, orgulloso de ser Larense. Su fe y devoción a Dios, se la debe a su Esposa Isabel Teresa Gómez de Villalón quien diariamente le comentaba mientras pintaba el evangelio del día, sembrando la espiritualidad genuina en Él. Da gracias a Dios por su esposa y el apoyo que ella le brindó, por haberlo acompañó y enseñado para convertirse en el hombre que es hoy en día. Hablar de su esposa lo emociona, con ella tuvo dos hijos Jesús y Jeisa Villalón, y tres nietos Juliana, Joaquín y Claudia Elena (La Colega), de quien Él se siente super orgulloso, como abuelo y como artista ya que ha sembrado una gran personalidad artística, con un gran futuro.
Para El Maestro, su familia es lo más importante y es un pilar fundamental de su vida. Para Él recordar es vivir, su madre fue una mujer inteligente, quién se desempeñó como mamá y papá, lo enseñó y lo educó hasta donde ella pudo, de Ella aprendió la humildad, el servir y el don de compartir, con 77 años recuerda perfectamente, como Ella lo mandaba donde las vecinas a llevarle una rica sopa que había preparado, antes el compartir, era una premisa de vida para los venezolanos, que lo de uno, no era de uno, sino para compartirlo con todos los demás.
Recuerda con nostalgia como su mamá la señora Josefina Villalón, Duaqueña, decía: – Ah mundo yo no pude hacer que ninguno de mis hijos fuese doctor, porque cuanto me hubiese gustado tener un hijo doctor, pero no tenía como pagarle esa carrera. El día que recibió por la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado el Doctorado Honoris Causa, fue uno de los momentos más emblemáticos e impactante de su vida, el maestro sentía ,que una de las personas que estaba en esos primeros asientos, feliz, celebrando su logro, era su mamá.
“Antes el ser pintor era sinónimo de andar sucio y sin dinero”, porque ese era el concepto que tenían de los artistas en el pasado, pero los tiempos han cambiado y el resultado de la perseverancia, el amor, la constancia, la dedicación y el respeto que le tiene a su profesión porque Él es un amante de su carrera, todo lo que sea enseñar y servir son sus principales premisas de vida.
Sin duda alguna Villalón, es un artista que trascenderá en el tiempo y dejará un legado en sus generaciones de relevo como lo son pupilos e hijos que le regaló el mundo del arte: Los Maestros Manuel Brito y Carlos Durán, a quienes los ha visto formarse y crecer como artistas plásticos.
Desde esta Casa Editorial Gente Lo Nuestro, nos sentimos honrados y orgullosos por sus 50 años de trayectoria consagrando juntos una portada para el recuerdo y un vídeo musical que resaltará que “Lo Nuestro Es Lo Mejor”, como su talento. Gracias por todo.