El Tocuyo preservó a lo largo del tiempo su arquitectura colonial y también se le conoce como La Ciudad de los Siete Templos por tener a: San Juan, Santo Domingo, La Valbanera, Belén, San Francisco, Santa Ana y la Concepción. Estos representaron la cultura y vida de los lugareños debido que en esos sitios iniciaban todas las celebraciones y manifestaciones religiosas entre muchas otras actividades y tradiciones.
En la actualidad, estos templos se encuentran en ruinas, tras sufrir dos terremotos ocurridos en el siglo XIX y un terremoto en pleno siglo XX, en el año 1950, este último ocasionó daños irreparables en la mayoría de los mismos trayendo como consecuencia la desaparición de los Templos Santa Ana, San Juan, San Francisco y La Valbanera. Posteriormente, la Concepción fue construida nuevamente, aunque de menor tamaño; igualmente La Valbanera fue sustituido por una capilla.
La ciudad Madre
El Tocuyo primera capital de Venezuela, con una superficie de 2.231 km2 y albergando una población 41.327 habitantes, orgullosos de sus raíces y de su historia fue utilizada como punto de partida para iniciar el proceso de colonización en territorio venezolano; razón por la cual fue denominada la Ciudad Madre, es una de las ciudades más antiguas del país, llena de personalidad propia. Ubicada a una distancia no mayor de sesenta kilómetros al suroeste de la capital del estado Lara, Barquisimeto, este esplendoroso ideal es transmitido a través de sus matizados colores y por la diversidad de su gente y atractivos turísticos.

Hoy en día el municipio Morán es uno de los más grandes del estado Lara; territorialmente, contando con ocho parroquias algunas muy distantes entre sí. Esta población es muy reconocida también por el Tamunangue o Sones de Negros tradición y cuenta al menos con 400 años de antiguedad.
Los Sones de Negros
Al ritmo del tambor, cada 13 de junio, se baila el tamunangue en Lara, sones de negros en honor a San Antonio de Padua. Ese día, devotos de todas las edades salen de la iglesia con la imagen rindiendo honores al santo de origen portugués. Los acompañan rítmicos sones, vistosos bailes y la emblemática pelea de garrotes, ejecutada por dos hombres que simulan pelear con garrotes.



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