Esta hermosa y particular tradición de la región data del pasado siglo XVIII año 1736, época del párroco Bernal, que no pudo mandar a Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora llegada de España (cuenta la leyenda que no se dejó levantar la escultura), por lo que el Vicario de la Catedral decidió que la Virgen permaneciera en Santa Rosa. Este relato forma parte de lo que le pertenece a la ciudad, de su acervo histórico religioso, de lo sana, cándida y buena de su gente.

Siguiendo el relato histórico de la procesión, el terremoto de 1812 destruyó el templo de la Divina Pastora, salvándose milagrosamente su imagen lo que acrecentó la fe. Luego de 43 años, la epidemia nacional del cólera morbus, diezmaba la población y le permitió al presbítero José Macario Yépez, inmortalizarse como la última víctima de la peste negra, a ofrendar su vida, implorándole misericordia a Dios por mediación de María para el resto de la población, por lo que se sacó desde entonces a la Virgen en procesión, instaurándose de esta manera, la primera visita a Barquisimeto.
De esta manera se estableció la visita de la Virgen todos los 14 de enero de cada año, en conmemoración a este hecho histórico, religioso y tradicional del país, (según crónicas del hermano Nectario María), lo que a su vez, sirve de reencuentro entre los larenses de todo el país y demás rincones del estado que disfrutan con tanta alegría, regocijo y devoción esta memorable fecha regional. Múltiples son las actividades realizadas, previas y durante la procesión ya citadas, además de competencias, programas radiales, televisivos, seguimientos a la caminata, sobrevuelos de aviones militares, helicópteros, entre otros.

Finalmente, que la providencia del Altísimo y la Divina Pastora ayuden a mejorar y a defender todo “Lo Nuestro”de este hermoso país en el que vivimos “Venezuela”
Que así sea con la gracia y la bendición de Dios.
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