El culto a la Divina Pastora empieza en Sevilla recibió una revelación en un sueño de que la devoción de María sería venerada con el título de Pastor del Dios de las Almas.
Dos Momentos Significativos en la Devoción a la Divina Pastora
El hermano Nectario María nos cuenta que el padre Sebastián Bernal de la Iglesia de Santa Rosa encargó a un escultor español que pintara la Inmaculada Concepción.
A la vez, la Reverenda de la Inmaculada Concepción, la catedral de la ciudad de Barquisimeto, también pide una réplica de la Divina Pastora de este artista.
Cuando el pedido esté listo, la figura religiosa será enviada al destino que te marque por el camino equivocado.
Pide a los españoles que te ayuden a recibirla. El paquete era demasiado pesado para levantarlo, por lo que el padre contactó al capellán de la catedral y le contó el extraño incidente.
Luego de ese incidente se decide que la figura de la Divina Pastora se quedara en Santa Rosa desde el siglo XVIII. Pasó el tiempo y en 1812 se produjo un terremoto que destruyó parcialmente la ciudad y la iglesia de Santa Rosa.
En este lamentable hecho, el nicho de la Virgen queda intacto, por lo que la devoción a María es más creíble.
La historia de devoción
Una epidemia de cólera entonces comienza a existir en la entidad de Larence y causa estragos. Así, el 14 de enero de 1856, la Divina Pastora salió por primera vez del templo y, ante la inminencia de la muerte, se dirigió a Barquisimeto a petición de las autoridades eclesiásticas.
Por ello, el párroco de la Iglesia Claret, Reverendo José Macario Yepes, pide a Nuestra Señora que sea la última víctima de la enfermedad. Y según el hermano Nectario, la petición fue concedida y se acabó la agonía de salud.
Con ese momento histórico la estatua, sentada en un trono de madera, deambula por los distintos templos de Barquisimeto todos los años desde el 14 de enero hasta los sábados previos al Domingo de Ramos. Eventos como este permiten a venezolanos y extranjeros presentar sus respetos de una manera muy personal.
Serenata, fuegos artificiales, cantos, misa, rosarios, arreglos florales, etc. forman parte del tradicional desfile religioso. Este momento es propicio para preguntarse por los males que aquejan al hombre moderno y buscar la paz en el mundo.
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