La técnica culinaria conocida como baño de María ha sido fundamental en la cocina a lo largo de los siglos. Esta sencilla, pero efectiva forma de calentar ingredientes combina biología, química y un toque de historia.

Su origen es tan intrigante como su uso en la gastronomía actual. El baño de María, o Balneum mariae en latín, consiste en utilizar una hornilla y dos recipientes. Uno grande para el agua y otro más pequeño para los ingredientes.

Al calentar el agua en el recipiente mayor, el vapor que se genera calienta suavemente el contenido del recipiente más pequeño. Este método permite cocinar de manera controlada, evitando el contacto directo con el fuego, lo que es esencial para ciertos platillos. El nombre de esta técnica proviene de una figura histórica notable: María la Judía, considerada la primera mujer alquimista documentada.

Un legado de la alquimia antigua

Su legado se remonta a Alejandría en el año 332 a.C., donde esta ciudad se convirtió en un crisol de conocimientos y culturas. La biblioteca de Alejandría, famosa en su época, fue el centro donde se entrelazaron saberes de Oriente y Occidente. María la Judía, también conocida como María la Hebrea, fue pionera en la alquimia.

Esta ciencia fue una disciplina que buscaba comprender y transformar los elementos. Se le atribuyen innovaciones como el Tribikos, un alambique de tres brazos utilizado para destilar y estudiar vapores. También el Kerotakis, que también servía para almacenar vapores pero con una estructura más compleja.

La necesidad de trabajar con temperaturas estables llevó a María a desarrollar un método práctico. Ella calentaba arena y piedras sobre las que colocaba un recipiente con agua hirviendo. En este, introducía otro recipiente con los ingredientes a calentar, logrando así un control de temperatura sin riesgo de quemar los alimentos.

Este enfoque pragmático no tardó en ser adoptado en la cocina. Donde el baño de María se convirtió en una técnica esencial para preparar una variedad de platillos delicados. Desde postres como la crème brûlée hasta salsas y chocolates. Nuestro experto en gastronomía, Rubén Darío Rojas, resalta la importancia de esta técnica: “Es muy útil en la cocina. Permite trabajar con ingredientes delicados como lácteos sin temor a que se estropeen”.

Agradecemos a María la Judía por su contribución a la cocina moderna. Su legado perdura en nuestras cocinas. Por ende, recordándonos que detrás de cada técnica culinaria hay una historia rica en ciencia y tradición.

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